¿Os imagináis a todas las personas defendiendo con cañones como los de la foto, lo buenas que son/eran los guisos de sus respectivas madres, o de su cocinero favorito frente a su cocinero odiado?.
Es cierto que hay mucho dinero que ganar en esto de la comida -y si encima entran en juego los medios de comunicación ya ni te cuento-, pero todo debe de tener una proporcionalidad.
El comedimiento se ha perdido ¿alguien ha visto por donde anda?.
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