Es el grito de guerra de los mercadillos veraniegos -y no veraniegos- y desde siempre funciona.
Pero un día vendrá un vendedor que tenga unas miras un poco más altas, y entonces dirá:
"LO TENGO BARATO Y BUENO".
Hay mejor fórmula para el éxito en la restauración.
Los margenes tienen que ajustarse, y más en los tiempos que corren. El que los ajuste y acierte triunfará.