Seis clases distintas de patatas, en un sólo puesto, un día cualquiera, ¿son muchas?, ¿son pocas?.
Si se persigue la perfección, se cuida el detalle, se miman las pequeñas cosas, no basta un genérico "patata", o "arroz", o "carne", habrá que especificar mucho más en función de que, como, cuando, donde, etc. etc. vayamos a cocinar.
A cambio el resultado será sublime. Una patata para cada cosa, y para cada cosa una patata.
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